El Club de Emprendedores es sede de un curso de Programación para mujeres
[CORRIENTES]-
Las últimas estadísticas indican que, a medida que la tecnología ganaba terreno y conquistaba nuevas áreas, la participación de las mujeres en estos sectores disminuía. Un estudio realizado por la Fundación Sadosky, dedicada a la investigación y al desarrollo de Tecnologías de Información y Comunicación, reflejó este panorama: en la década del 70 había un 75 por ciento de mujeres en las carreras de Ciencias y Licenciaturas en Computación de la Universidad de Buenos Aires. Hoy, la cifra descendió a un 11 por ciento.
En este marco y, tras asistir a un encuentro a nivel nacional donde se trató este tema, el Polo IT provincial comenzó a poner el foco en el escenario de brecha de género en la tecnología y empezó a plantearse la necesidad de paliar esta situación en Corrientes.
Es así que surgió la idea de “abrir” un Club de Chicas Programadoras que esté dedicado a adolescentes correntinas entre 12 a 18 años que asistan a establecimientos educativos de la ciudad de Corrientes.
De esta manera, además de buscar capacitadores con un perfil motivador y abierto –y no menos importante-: que estén dispuestos a dictar la capacitación “ad honorem”- comenzaron a estrechar vínculos con funcionarios del Gobierno provincial y del municipio capitalino para que apoyen la iniciativa y puedan hacerla posible.
Esta cooperación “de tres patas”, como señala el presidente del Polo IT, Nicolás Dogi, hizo posible que el viernes 28 de junio una decena de chicas comenzara un curso de Programación que durará alrededor de 4 meses y se dictará en el Club de Emprendedores, ente que depende del Ministerio de Industria, Trabajo y Comercio de la provincia.
El curso, explica Dogi, se planteará como una alternativa totalmente diferente a la de las clases tradicionales. Allí, las jóvenes de la Escuela Misericordia y el Colegio Yapeyú, trabajarán con una metodología de mentoreo y podrán sugerir temas de su interés para llevar a cabo proyectos tecnológicos.
“La idea es desmitificar la idea de que las carreras o profesiones en programación, robótica, o sistemas "son solo para hombres" y demostrar que el campo de acción se abre cada vez más y el abanico de oportunidades dentro de la cadena de software y servicios creció”, indicó Dogi.
El programa no busca el fin último de que las chicas se inscriban más adelante en carreras afines, sino más bien despertar el interés en la tecnología y que puedan aplicar ese conocimiento para desarrollar proyectos o como base para complementar sus matrículas profesionales.
Desde el equipo que hizo posible esta primera experiencia del Club de Chicas en Tecnología están expectantes de que sea un éxito y se replique más adelante. La idea es que las jóvenes que comenzaron el curso, una vez que lo culminen, se postulen como mentoras voluntarias para contagiar en otras pares su experiencia y conocimiento.
El Club de Emprendedores, por su parte, afianza su rol como espacio de innovación y tracción al sector TIC correntino y continuará apostando por la generación de proyectos y alternativas que supongan sumarle valor agregado.
Y las mujeres… ¿Dónde están?
La investigación realizada por la Fundación Sodosky determinó que fueron varios los factores que incidieron en la disminución de la matrícula femenina en carreras afines a la computación. Entre varios de los tópicos nombran que, desde que comenzó a venderse la PC como se conoce en la actualidad, el marketing estuvo focalizado en los varones.
La misma suerte corrió el contenido: la mayoría de los videojuegos están enfocados a hombres, tal como ocurrió con la industria cultural que difundió un estereotipo de “nerd o geek” siempre representado por varones y sin dar lugar a las mujeres.
Entre otras, estas causas afianzaron la idea de que el mundo de la tecnología es propiedad intrínseca de los hombres aunque esta brecha empieza a cerrarse con la inserción de materias tecnológicas universales en las escuelas y la apertura de estos clubes de chicas en más de 15 ciudades del país.